Todas las personas tenemos derecho
a elegir cómo vivir y con quién vivir.
También las personas con discapacidad intelectual.
Esto es algo por lo que lucha Plena inclusión.
Vamos a contar la historia de 4 mujeres.
Se llaman María Luisa Estévez, Ángeles Del Toro,
Mari Ascensión Pérez y Antonia Semitiel.
Ellas viven juntas desde enero de 2019.
Viven en un piso compartido en un pueblo
que se llama Caravaca que está en Murcia.
Antes vivían en una residencia.
Han conseguido vivir en un piso
gracias a la entidad APCOM
y al proyecto MiCasa de Plena inclusión.
Esta es su primera Navidad juntas.
También es la primera Navidad
que no pasan en la residencia.
En la residencia, el día de Nochebuena
cenaban, veían la tele y se acostaban pronto.
Ellas han comprado un árbol de navidad.
Este año se van de fiesta.
Van a beber champán
y a bailar música del cantante David Bisbal.
También se harán regalos entre ellas
y verán la cabalgata de reyes magos del pueblo.
Irán a su restaurante favorito.
Y comerán turrón en casa.
En la residencia,
comían las uvas que compraban las cuidadoras.
Este año ellas comprarán las uvas.
Gracias al proyecto Mi Casa,
muchas entidades de Plena inclusión
facilitan a personas con discapacidad
vivir en pisos.
Sobre todo, los pisos son para personas
que antes vivían en residencia
y tienen con grandes necesidades de apoyo.
Son personas que pueden necesitar apoyo
para hablar, comer o moverse.
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Elegir cómo y con quién quieren vivir es un derecho básico de las personas con discapacidad intelectual que Plena inclusión promueve desde su propuesta de transformación.
Para Mª Luisa Estévez, Ángeles Del Toro, Mari Ascensión Pérez y Antonia Semitiel viven juntas, desde enero, en un piso compartido en Caravaca de la Cruz (Murcia), gracias a la entidad APCOM y al proyecto MiCasa de Plena inclusión.
Esta es su primera Navidad juntas, que es lo mismo que decir que son las primeras fiestas fuera de la residencia. “Hemos comprado un árbol y lo hemos adornado con cintas”, relata Mª Luisa quien recuerda que en la residencia el día de Nochebuena cenaban, veían la tele y se acostaban pronto. “Este año nos vamos de fiesta. Vamos a beber champán y a bailar”, promete.
“En casa vamos a hacer el amigo invisible y a comer turrón”, dice Ángeles. Asegura que el 5 de enero irán a ver la cabalgata de Caravaca que pasará cerca de su casa. Recuerda que en la residencia donde estaba hasta hace apenas unos meses comían uvas el 31 de diciembre, “porque las compraban las cuidadoras”. Este año “nos encargamos nosotras de comprarlas”.
María Ascensión también es partidaria de aprovechar las fiestas navideñas para salir “a comer y a bailar a ‘Los jardines del sol’ (un restaurante que les gusta especialmente)”. “Nos apetece bailar la música de Bisbal”, añade. Ella vivió la experiencia de la residencia durante tres años. Antes vivía con su padre y su hermano.
El proyecto MiCasa permite que, en 13 comunidades autónomas, entidades de Plena inclusión faciliten pisos para la vida independiente y en comunidad para personas con discapacidad intelectual, sobre todo con grandes necesidades de apoyo, que anteriormente vivían en residencias con otras muchas personas.
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