No es cierto.
La discapacidad intelectual no provoca violencia.
Ni para la propia persona ni para otras personas.
A veces, algunas personas sí tienen
comportamientos peligrosos o violencias.
Pero suelen ser por las dificultades que tienen
para comunicarse y entender lo que ocurre.
Versión en lectura difícil
Este contenido NO está adaptado a Lectura Fácil
En absoluto, la discapacidad intelectual no conlleva necesariamente presentar violencia o peligro ni para la propia persona ni para otras personas.
Las conductas violentas o peligrosas, si es que se llegan a dar, suelen ser consecuencia de dificultades de comunicación y de comprensión del entorno. Los datos actuales de investigación nos dicen que menos de 1 de cada 20 personas adultas con discapacidad intelectual o del desarrollo, presenta conductas de autoagresión, y menos de 1 de cada 10 presenta conductas de agresión. Además, pasados 2 años, alrededor de 1 de cada 3 de esas personas dejan de presentar esas conductas.