Maribel Cáceres es de Badajoz,
le gusta echar los ratos con sus amigos,
de una forma sencilla,
estar en casa, ver películas, cocinar.
Cuando sus compromisos
como vicepresidenta de Plena inclusión
e integrante de la Plataforma se lo permiten,
se escapa a conocer nuevos lugares.
Es esta entrevista nos cuenta
sus comienzos y la transformación
que de su vida en los últimos años.
En los últimos años ¿qué cosas han cambiado en tu vida?
Hace 5 años vivo en Montijo
en una vivienda tutelada.
Esta ha sido mi segunda familia,
nunca pensé que podría conseguir tantas cosas
y ha sido gracias al apoyo que me han dado.
Por ejemplo, en los próximos meses
empezaré a vivir en mi propia casa.
Necesito mi tiempo, quiero decidir
cuándo hacer las cosas y tener mi espacio.
Tengo muchas ganas.
Voy contando los días.
Me gusta vivir en Montijo
porque tengo toda mi red de apoyo,
mis amigos, mi pareja, discotecas, tiendas,
por eso me gusta vivir aquí,
tiene mucha actividad.
También 2023 conseguí eliminar
del todo mi incapacitación.
Ahora puedo decidir sobre mi dinero,
mi vivienda, tomar las decisiones de mi vida,
en algunos aspectos, pido apoyo,
soy consciente también de eso,
por eso, en la nueva casa
tendré el apoyo de un asistente personal.
Esta es una nueva situación
que me pone en el centro de mi vida,
como persona.
Y tu vocación, ¿cómo la descubriste?
Cuando era pequeña sabía que algo pasaba
porque se me olvidaban los temas que estudiaba
y tenía dificultad en los exámenes.
A los 10 años conocí en el colegio
a un compañero con Síndrome de Down.
Los otros niños y niñas se metían con él.
Sin saber que yo tenía discapacidad intelectual,
lo defendía, me parecía injusto.
A partir de allí, sentí que debía
defender los derechos de todas las personas.
Y tus inicios en Plena inclusión ¿cómo fueron?
Busqué a Plena inclusión Badajoz
y solicité la plaza.
Cuando llegué no hablaba nada,
era muy tímida y no quería equivocarme.
Las vueltas que da la vida,
ahora no paro de decir todo lo que pienso.
Yo no era consciente del potencial que tenía
hasta que entré en el grupo de Mujeres y Autogestores.
En 2008 empecé a formarme
en derechos y portavocía
en la federación de Plena inclusión.
En este momento estaba incapacitada judicialmente
y me di cuenta que era injusto,
que era algo que podía cambiar.
La primera reunión que tuvimos de GADIR,
era la primera vez que viajaba sola a Madrid
y no quería opinar por si no tenía que ver con el tema.
Pero me dejaron claro tenía la oportunidad
de ser yo, aprender y aportar desde mi experiencia.
Y ahora desde la Junta Directiva y la Plataforma,
tengo de fuerza de seguir adelante
y creer en el futuro.
He trabajado duro para representar
a las personas con discapacidad intelectual,
en ganarme el apoyo y solicitar las herramientas
para hacer las reuniones e información
más fáciles y para poder aportar.
Mi mundo se me ha hecho más grande
desde que estoy en Plena inclusión.
En tu recorrido como líder con discapacidad intelectual,
¿qué momentos recuerdas?
Un momento muy significativo para mí
fue el encuentro con SM La Reina,
no sólo por su cercanía,
sino que era la primera vez
que se reunía con la Plataforma Estatal
de Representantes de Personas con Discapacidad
intelectual y del desarrollo.
O cuando asistí con mi pareja
en la ceremonia de entrega
del Premio Europeo Carlos Quinto,
para mí fue darle un pedacito
de lo que es mi día a día
y que entendiera lo que hago.
Lo que estoy consiguiendo, a veces,
no me lo creo.
Necesito tiempo para asimilarlo.
Y cuando echas la vista atrás…
Me doy cuenta que he vivido
la transformación en primera persona,
desde acceder a la formación,
lograr eliminar mi incapacitación judicial,
vivir en mi propia casa,
tener un trabajo y decidir mis actividades de ocio.
Y me pregunto, venga, ¿a por qué vamos ahora?
Y lo tengo claro: el copago.
