El año pasado tuve la oportunidad de desempeñarme como auxiliar de aula en el curso de adquisición de competencias digitales. El curso consistió en capacitar a los alumnos con discapacidad intelectual en competencias digitales conforme al Marco DigComp-2-2. Desde una plataforma digital, los alumnos recibían conceptos básicos de informática para luego llevar a cabo diversas actividades destinadas a mejorar sus habilidades digitales.
Durante el curso, se destacó la creación de carpetas en Windows, el uso de un procesador de textos, la utilización de Google Maps, la protección de datos y contraseñas, el envío de correos electrónicos y la elaboración de un currículum vitae.
El objetivo principal de estas actividades es reducir la brecha digital, potenciar las habilidades digitales de los alumnos y dotarles de herramientas que les sean útiles para desenvolverse en un entorno laboral y social cada vez más tecnológico.
Impartir estos cursos fue una experiencia muy gratificante. Mi función principal era brindar apoyo a los alumnos en todas las dudas que surgieran, ya fuera en el uso de la plataforma digital del curso o en la realización de las actividades, así como en cualquier incidencia relacionada con el uso del ordenador.
En cuanto a las mejoras, como mencioné durante la jornada de transformación digital para la inclusión, estas se centran en la mejora de la plataforma utilizada para impartir el curso.
La principal dificultad que encontraron los alumnos fue adaptarse al uso de la plataforma digital. Para muchos, era una experiencia completamente nueva y requería un tiempo de adaptación. Una vez superada esta barrera inicial, cada alumno y alumna enfrentaba diferentes dificultades según sus conocimientos previos. Algunos necesitaban apoyo adicional para comprender y realizar las actividades del curso, mientras que otros requerían ayuda para mantenerse al ritmo de la clase. En general, la necesidad de apoyo variaba según el nivel de habilidades digitales de cada alumno y alumna.
Es crucial ofrecer una mayor formación en competencias digitales en la era actual, donde la tecnología está muy presente y es fundamental para el éxito personal y profesional. La falta de habilidades digitales puede generar una brecha significativa en el acceso a oportunidades y en la participación plena en la sociedad. La formación en competencias digitales capacita a las personas con discapacidad intelectual para navegar de forma segura y efectiva en el mundo digital, mejorando sus perspectivas laborales y su capacidad de adaptación a los rápidos cambios tecnológicos.
En resumen, invertir en esta formación es esencial para el desarrollo y la inclusión en la sociedad actual. Sí, es esencial que las familias, entidades, federaciones sigan invirtiendo esfuerzos en fomentar la formación sobre innovación. En un mundo en constante evolución tecnológica, la capacidad de adaptación y la adquisición de nuevas habilidades son cruciales. La formación en innovación prepara a las personas para enfrentar los desafíos futuros y les proporciona herramientas para identificar oportunidades, crear soluciones innovadoras y contribuir al progreso individual y colectivo.
