Plena Inclusión, desde sus orígenes, ha mantenido un permanente compromiso por la defensa de la dignidad y los derechos de las personas con discapacidad intelectual, siendo su compromiso ético uno de sus factores diferenciales. Este compromiso, que ha ido madurando al igual que lo ha hecho el propio movimiento asociativo, se plasmó a principios de los 2000 en el Proyecto Ético, lo que supuso un importante impulso para avanzar hacia una mayor cultura ética que ha ido impregnando a todas nuestras entidades.
El comité de ética de Plena Inclusión se constituye el 29 de noviembre de 2005, a partir de la aprobación del Código Ético, como uno de los elementos clave para el desarrollo del proyecto ético. La misión de este comité es contribuir al desarrollo de comportamientos institucionales, organizativos y personales cada vez más coherentes desde el punto de vista ético y a asumir la responsabilidad de incorporar el debate ético en la resolución de sus conflictos.
El comité, por tanto, pretende ser una estructura de apoyo a todas las personas y entidades que forman parte de Plena Inclusión, con el objetivo principal de contribuir a que todos y todas podamos desarrollar nuestro anhelo de vida plena y buena, en armonía con el ideal de convivencia
A lo largo de estos años el comité ha recibido alrededor de 75 solicitudes de actuación, entre consultas y denuncias. Los temas consultados o denunciados han sido de muy diversa índole, yendo desde problemas éticos en la práctica organizativa o profesional hasta conflictos que afectan más directamente a la vida de las personas con discapacidad, como las limitaciones a su autonomía o, incluso, relacionadas con el maltrato.
Las respuestas ofrecidas por el comité en ningún caso pretenden asignar ni ejecutar sanciones, sino que se centran en analizar los hechos desde el punto de vista ético, ofreciendo dictámenes sobre la conformidad o disconformidad de hechos y actos concretos producidos en el desarrollo del movimiento asociativo con los principios, valores y objetivos de Plena Inclusión y, en especial, con el código ético. Así mismo, ofrece orientaciones para tomas de postura y procesos de decisión en los que aparecen dudas o conflictos éticos y elabora protocolos de actuación ética para las situaciones problemáticas que resulten habituales.
Los procesos de reflexión ética llevados a cabo por el comité a partir de denuncias o consultas particulares y de solicitudes de pronunciamiento ante determinadas circunstancias que afecta la actividad de Plena Inclusión en su conjunto, han derivado en la elaboración de informes y posicionamientos éticos que pretenden servir de orientación en las actuaciones y toma de decisiones éticamente responsables.
Cabe destacar en los últimos años los informes realizados sobre la educación inclusiva, el ejercicio del derecho al voto de las personas con discapacidad, las orientaciones para la desescalada en la pandemia por COVID19, o la recuperación del ejercicio de la ciudadanía post COVID, entre otras.
Todo ello hace que las personas y entidades que se animan a formular consultas o denuncias al comité no solo contribuyen a profundizar la reflexión ética en su entorno inmediato para tomar decisiones más responsables y favorecer la vida buena, sino que contribuyen al aprendizaje compartido, alimentando el conocimiento y las competencias ética, siempre con exquisito respeto a la confidencialidad.
Es así como el comité pretende participar del compromiso ético de Plena Inclusión, poniéndose al servicio de todos sus miembros.
Ana Carratalá es presidenta del Comité de Ética de Plena inclusión. Desarrolla su labor como directora del Centros San Rafael, Fundación San Francisco de Borja para Discapacidad Intelectual. También es consultora de Desarrollo Organizativo y Formadora en Planificación Centrada en la Persona.