Hace 2 meses publicamos
los resultados de un estudio
sobre la conciliación de familiares
de personas con discapacidad
intelectual y del desarrollo.
La conciliación es por ejemplo
tener tiempo para trabajar,
cuidar, tus relaciones personales
y tiempo de ocio.
Participaron casi 2 mil personas.
La mayoría de las participantes
fueron madres.
Este es solo un ejemplo
de algo que ocurre
en las organizaciones de Plena inclusión
y en todo el mundo de los cuidados:
la mayoría de la carga de trabajo
la soportan las mujeres.
En este caso la mayoría decía
que compartían los cuidados
con al menos otra persona.
Pero, si es así, ¿por qué la mayoría
de las personas que contestaron
era mujeres?
Esto se debe a que suelen ser
las cuidadoras principales:
dedican más horas.
Otra razón es que también
suelen ser las que piensan y organizan
los cuidados.
A esto le llamamos carga mental:
tienen la responsabilidad
no solo de cuidar
sino también de pensar
cómo, cuándo y quién lo hace.
¿Es justo hablar de familias cuando nos referimos a madres?
Todo esto esto nos lleva a preguntarnos:
¿es justo hablar de familias
cuando la verdad es que nos referimos
a las madres de las personas
con discapacidad intelectual?
Esto puede provocar
que no mostremos esa realidad:
que son ellas las que hacen
la mayoría de los cuidados.
Pero, a la vez,
lo que queremos conseguir
es que todo el trabajo esté repartido.
Y que todas las personas de la familia
participen en las actividades.
Así que no podemos convocar
un taller o una actividad
y decir que es solo para madres,
aunque sean ellas la mayoría
de las personas que vienen.
Por eso pensamos que:
- Cuando anunciamos una actividad
podemos referirnos a toda la familia.
- Cuando hablamos del resultado
de esa actividad es importante desagregar.
Eso significa decir de forma clara
qué tipo de personas han participado.
Por ejemplo: 14 madres, 3 hermanas,
2 hermanos y un padre.
Cuándo hablar de familia o de familiar
A veces también decimos:
«Ha atendido a una familia».
Cuando la realidad es que
has apoyado a una persona de esa familia.
Puede parecer que has atendido
a varias personas y esto no es así.
También a veces decimos:
en el taller han participado 5 familias.
Cuando al taller han ido 5 personas
de 5 familias diferentes.
La palabra familia da una idea de grupo,
de varias personas.
Así que en este caso es mejor decir:
«he atendido a un o una familiar».
Mostrar la diversidad de familiares
Cuando hablamos de familiares,
a menudo pensamos en madres y padres.
Es importante mostrar la diversidad
de las personas que se implican
y se podrían implicar en apoyar
a las personas con discapacidad.
Aunque se puede hacer largo,
también debemos hablar de abuelas y abuelos,
hermanas y hermanos, cuñadas y cuñados
o primas y primos.
Es decir, es importante mostrar
el género de las personas:
si son mujeres u hombres.
Pero también es importante
mostrar las diferentes relaciones familiares.
Resumen de consejos
Las palabras son muy importantes
para mostrar la realidad
y también para mejorarla.
Nos quedamos con estas ideas:
- Cuando anunciamos una actividad
podemos referirnos a toda la familia,
si esa actividad es abierta, claro. - Cuando hablamos del resultado
de esa actividad es importante desagregar:
mostrar el género de las personas
que han participado. - Usa la palabra «familias»
solo cuando te refieras a grupos. - Usa la palabra «familiar» cuando hables
de solo una persona de la familia. - Muestra la diversidad de miembros de la familia:
habla además de las madres y padres
de primas, abuelos, nietas,
cuñados o hermanas.