Plena inclusión lidera una toma de conciencia sobre la necesidad de reducir restricciones a personas con discapacidad y alteraciones de conducta. En 2022 se inició el despliegue de proyectos concretos, en varias federaciones del movimiento asociativo, que buscan evaluar, sensibilizar y formar en el compromiso ético vinculado al respeto a la dignidad y a la toma de decisiones de las personas que sufren estas prácticas.
En Plena inclusión La Rioja se han implicado en un proyecto ambicioso, que se inició en noviembre del pasado año, y que va a repercutir en 632 personas con discapacidad intelectual y del desarrollo que son apoyadas a través de 12 servicios distintos. En esta federación han desplegado acciones de formación y acompañamiento a 306 profesionales a las que se les está capacitando “desde un enfoque basado en la prevención que nos permite revisar nuestras prácticas de apoyo a las personas con discapacidad para tratar de mejorar e innovar”, aseguran desde Plena inclusión La Rioja.
Las acciones de formación han sido impartidas por personas expertas como Ramón Novell, jefe del Servicio de Discapacidad Intelectual y Salud Mental del Instituto de Asistencia Sanitaria en Girona; así como Natalia Díaz y Cristina Almeda, psicólogas especializadas en salud mental y trastornos de conducta, que también desarrollan su labor en unidades hospitalarias de Girona.

Pilotaje en Euskadi
Tres entidades vascas que forman parte de FEVAS-Plena inclusión Euskadi, también están en la senda de la reflexión y el cambio respecto a prácticas restrictivas que se aplicaban a personas con discapacidad intelectual y del desarrollo con problemas de conducta. La que lleva más tiempo trabajando en esta dirección es Uliazpi, una entidad que empezó en 2001 a “sensibilizar y comprometerse con el control y reducción de prácticas restrictivas”, según explican desde la propia asociación. Y añaden: “Gracias al acompañamiento de Plena Inclusión hemos podido ampliar la perspectiva y profundizar en el trabajo con un concepto de práctica restrictiva mucho más amplio, incluyendo prácticas psicológicas y sociales también muy relevantes y con un impacto considerable en la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y mayores necesidades de apoyo”.
Otras dos entidades federadas en FEVAS que se han embarcado en este pilotaje son Apnabi-Autismo Bizkaia y Gautena. La primera ha trabajado con cuestionario de autoevaluación que afecta a 252 personas con TEA. Dese Apnabi se remarca que la reflexión “no debe limitarse al uso de restricciones físicas sino que tiene que ampliarse la mirada a qué ocurre con las psicológicas y la gestión de entornos”.

Por su parte, desde Gautena también se recibido asesoramiento sobre el desarrollo de estrategias de prevención que se va a extender a todas las personas que prestan apoyo a las personas con TEA y discapacidad intelectual que están en la entidad. Desde esta organización se valora el avance que supone generar espacios de reflexión y formación sobre el uso de las restricciones.
