Cuando yo nací, mi hermano Ginés ya tenía 7 años y “sus dificultades” eran evidentes ya en ese entonces.
Yo crecí siendo consciente de sus dificultades, por lo que pronto me convertí en su «hermano mayor». El resto de mis hermanos eran adultos y ya volaban solos. Yo crecía y Ginés seguía siendo un niño lo que me hizo darme cuenta de una realidad: Ginés dependería de nosotros siempre.
En las distintas etapas de nuestra vida nos hemos tenido que ir adaptando a sus necesidades, que en definitiva eran las mismas que las de un niño, y yo mismo he tenido que gestionar los diferentes sentimientos que me generaba esta situación: frustración, enfado, celos, preocupación, etc.
Pasó el tiempo y las distintas personas que formaban parte de mi vida se involucraron en mayor o menor medida en el cuidado y bienestar de Ginés. Algunos, lo ignoraban por completo). Hasta el día que conocí a mi pareja actual. Él supo ver, desde el primer momento, que Ginés formaba parte de mi vida y desde ese momento parte de la nuestra.
En nuestra relación Ginés es un elemento importante porque puede alterar nuestros planes en positivo o negativo dependiendo de sus necesidades y/o urgencias.
En el día a día mi pareja y yo, junto al resto de familia, atendemos a Ginés adaptando nuestras vidas y la suya a las necesidades de todos.
Desde que mi hermano entró en el centro de día PROLAM (ASTUS), he sido voluntario en la asociación participando activamente en las actividades en las que se me convocaba y mi actual pareja decidió apoyarme como voluntario en estas actividades desde el primer momento que lo conocí.
Mi actividad profesional ha estado siempre dirigida a la docencia y a consecuencia de la pandemia, decidí formarme académicamente en la actividad en la que participaba como voluntario y ampliar mis conocimientos que antes se basaban en la convivencia y voluntariado que realizaba.
Una vez terminados mis estudios entré como alumno en prácticas en el centro al que acude mi hermano Ginés y desde entonces me han dado la oportunidad de formar parte de la gran familia de ASTUS, trabajando como profesional en uno de sus centros.
Como podéis comprobar mi vida siempre ha estado enfocada al bienestar de mi hermano, algo de lo que estoy muy orgulloso ya que he conseguido descubrir mi vocación y ahora puedo entender y ayudar a mi hermano y sus compañero/as de una manera más profesional.