Charlamos con Ana Luisa López-Vélez, una de las autoras de la publicación «Educación 2030» que presentaremos el próximo 28 de octubre. López-Vélez es profesora de didáctica y organización escolar de la Universidad del País Vasco. Lleva más de 2 décadas implicada en el fomento de la educación inclusiva, trabajando en la UNESCO y diferentes organizaciones.
¿Qué características debería tener un aula de un centro educativo para poder calificarla de “inclusiva”?
Lo más importante es que cualquier niña o niño que esté en esa clase se sienta que se le respeta, se le escucha, se le entiende, y que en este ambiente puede y quiere aprender. Para ello, la labor de el o la docente es primordial, conociendo a su alumnado, sus intereses, sus emociones, la forma que tiene de aprender y de formar parte del grupo. Pero no puede trabajar en soledad, el trabajo coordinado con otras y otros docentes, y los y las profesionales de apoyo es la clave para que en equipo ofrezcan a cada criatura lo que necesita para lograr su máximo aprendizaje y desarrollo personal.
«Lo más importante es que cualquier niña o niño que esté en esa clase se sienta que se le respeta, se le escucha, se le entiende».
¿Por qué es tan importante que a un niño o una niña no se le aparte de su barrio, su pueblo (su entorno comunitario) para acudir a un centro en el que se le den los apoyos que necesite?
A nadie nos gusta que nos aparten de nuestra gente, de nuestra familia, de nuestros lugares cercanos y queridos. Son nuestra referencia y forman parte de nuestra identidad. Lo central, en este caso, es que la propia persona, junto con su familia, tenga la opción de sopesar, valorar y decidir cuál es la mejor opción educativa que responde a su situación, tanto personal como familiar. Acercar los apoyos necesarios al entorno más cercano fomenta que no deje de disfrutar de otros factores de su vida que son fundamentales para su bienestar y desarrollo, como son su familia y sus amigas y amigos del barrio o del pueblo. De lo contrario, se da una ruptura que aísla a la persona de su vida social y de su entorno.
¿Cuáles son las claves para revertir el actual modelo educativo, que divide al alumnado con discapacidad intelectual colegios ordinarios y de educación especial, y lograr la extensión de la educación inclusiva hasta alcanzar a la mayoría de los centros?
Creo que tenemos dos compromisos internacionales que nos marcan las claves para la transformación de nuestro modelo educativo actual, por un lado, los Derechos Fundamentales de las Personas, en el que debemos garantizar el derecho a una educación de calidad, con equidad, que desarrolle el máximo potencial de cada uno de nosotros y nosotras a lo largo de toda nuestra vida. Por otro lado, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) nos plantean los hitos a lograr en los próximos años, sobre todo el objetivo 4, educación de calidad, el 5, igualdad de género, y el 10, reducción de las desigualdades. Nuestro país ha ratificado ambos marcos y, por ello, se ha comprometido a cumplirlos.
¿Por qué crees que hay comunidades, como el País Vasco, donde la educación inclusiva supone que la mayoría del alumnado con NEE esté escolarizado en colegios ordinarios; y en otras regiones haya tanta oposición a hacerlo realidad?
Hay trayectorias históricas que hacen que el avance de la educación inclusiva, y el contar con alumnado diverso en las aulas regulares, haya sido distinto en distintas comunidades autónomas. En unos momentos, puede que haya habido comunidades que han avanzado más, y que luego se hayan estancado, y otras en las que el desarrollo ha sido más lento pero progresivo. Lo que creo que marca la pauta es la perspectiva en la que se basan las decisiones políticas y de organización del sistema educativo. Si la visión detrás de ellas se centra en el tratar el déficit, no se avanza hacia sistemas más inclusivos, si se basa en potenciar las capacidades, sí.
¿Qué argumentos podrían convencer a quienes defienden la segregación en centros, sustentada en la mejor atención al alumnado con NEE, de que hay una alternativa?
No cabe duda que la mayoría de las y los profesionales dan lo mejor de sí día a día por ofrecer la mejor respuesta posible a las personas con quienes trabajan. ¿Qué pasaría si ese conocimiento que tienen y todos sus recursos los pusieran al servicio de los centros regulares y sus docentes? El apoyo al alumnado se multiplicaría, el profesorado se fortalecería, y su apoyo profesional pasaría de estar dirigido a un alumno o alumna en particular, a mejorar equipos docentes y comunidades educativas. En eso se basa este cambio, en la transformación y fortalecimiento de nuestro sistema educativo, en el que ganemos el alumnado y sus familias, los equipos docentes y de apoyo y, en definitiva, toda la sociedad.
¿Cuál es la importancia de la personalización en la organización de los apoyos al alumnado con NEE?
Desde hace años, las grandes empresas internacionales se han dado cuenta de que las personas quieren identificarse con lo que compran, desde la hamburguesa, el coche, la camiseta, la música que escuchan… Ya no funciona el “café para todos”. Si lo trasladamos en la educación, es un mandato, si el proceso de enseñanza y aprendizaje está diseñado para responder a las características de cada persona, sus intereses, motivaciones, dificultades, modos de aprender, expectativas de vida, el alumnado aprende y puede desarrollar el máximo de su potencial. A esto se le llama, personalización del aprendizaje, y para lograrlo, enfoques como el del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) nos ayudan a ponerlo en práctica.
Y para terminar, ¿cómo ves el futuro más próximo en el desafío de extender la educación inclusiva a la práctica totalidad del alumnado con NEE?
Yo soy optimista y sé que en nuestro país hay excelentes profesionales de la educación que trabajan por realizar los cambios que sean necesarios, siempre que desde la Administración se faciliten los cauces para lograrlo. Creo que es una cuestión de garantizar los derechos de cada persona a elegir la opción educativa que mejor responda a sus necesidades como persona, como ciudadana y como miembro de una sociedad más equitativa y más justa. Estamos en camino.
¿Te interesa?
Apúntate ya a la presentación del libro «Educación 2030». Será el viernes 28 de octubre.