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Plena inclusión se ha lanzado a lo grande con el empleo personalizado. Lo hace gracias a un macro proyecto que cuenta con 2 millones de euros de financiación de los Fondos de Recuperación y Resiliencia Next Generation y el apoyo del Ministerio de Inclusión.
La actividades principales ya las conocéis: 502 personas con discapacidad participan en una investigación a nivel estatal. La mitad serán parte de un grupo de control y la otra mitad (252 personas) recibirán apoyos a través de itinerarios de empleo personalizado. Así podremos comparar cómo cambian (o no) sus vidas. Son 44 las organizaciones involucradas en 12 comunidades autónomas y Ceuta.
Mientras recogemos datos para analizar en el estudio, con el apoyo de la Universidad de Valencia, los equipos profesionales ya están sumergidos en una formación que ha arrancado este mes y se extiende hasta septiembre.
En octubre, una nueva formación nos ayudará a conocer los últimos avances metodológicos para asegurar la calidad del empleo personalizado: las escalas de fiabilidad desarrolladas por personas expertas como Beth Keeton.
Es un proyecto doble porque «desarrolla conocimiento y a la vez práctica. Nos va a permitir apoyar a más personas para que consigan empleo, pero también a profundizar en la metodología y extenderla», señala Esther Santos, responsable de la coordinación del proyecto en Plena inclusión España.
De hecho, una parte fundamental de este proyecto que nos destaca Santos es que los resultados no solo serán publicados, sino que «se aprovecharán para la generación de conocimiento de la política de inclusión, a la orientación de la política de gasto de las administraciones públicas y a la creación de mayor impacto orientando su diseño a resultados y a la consecución de objetivos».
