El Grupo de Autismo de Plena inclusión Madrid nace en 2016, impulsado por familiares de personas con TEA (al que se unen las propias personas y profesionales) con la vocación de influir en la sociedad y el objetivo de visibilizar la realidad de miles de personas con autismo. Y se hace desde entidades como Pauta, Apadis o Aleph-TEA, por poner tres ejemplos, que tienen una larga trayectoria de compromiso en el apoyo a las personas.
Tomás Sáncho, uno de los fundadores de este grupo, recuerda que les lleva a plantearse la necesidad de reunirse y fundarlo: “Al principio te quedas un poco noqueado. La barrera de la comunicación es tan fuerte que te supera y pronto descubres que necesitas ayuda. Compartir la realidad con otras personas y familias, y recibir el apoyo de profesionales expertos es como volver a respirar”, confiesa.
El grupo comienza a crecer y a servir de referencia para otras iniciativas que también despuntan en otros lugares de España. Su función consiste en promover campañas de sensibilización e incidencia política que pongan sobre la mesa del debate social a un grupo de personas que no suelen estar entre las prioridades de las administraciones públicas cuando diseñan sus políticas sociales. Cristina Paredero es autogestora de Asperger Madrid y forma parte de este grupo: “Cualquier acción que quieras desplegar en el ámbito de la sensibilización cuesta mucho sacarle adelante. Sobre todo, porque hay muchos mitos sobre las personas con autismo. Por eso es tan importante generar espacios para nosotras en los órganos de decisión de las organizaciones”, reclama. Ella misma ha logrado este objetivo ya que es miembro de las Juntas Directivas de Plena inclusión España y de Plena Madrid.
Llegar a la sociedad
Luchar contra la estigmatización y la invisibilidad son quizás dos de las causas que han dado impulso a la labor del Grupo de Autismo de Plena Inclusión Madrid. Así se han elaborado documentos a los que denominan ‘irrenunciables’ que se han hecho llegar a los diputados y diputadas de la Asamblea de Madrid. También se han dado sesiones de sensibilización a profesionales de Metro de Madrid o de la Empresa Municipal de Transportes, así como a profesionales de la Sanidad y de la Policía. “La formación a profesionales del ámbito sanitario, político o social es uno de nuestros principales objetivos. También la capacitación a familias y personas con TEA sobre la participación inclusiva”, añade Cristina Paredero.
Pero no todo ha sido reclamar y visibilizar. También, en este tiempo se han acometido proyectos ilusionantes como crear viviendas temporales para aquellos casos en los que los problemas de conducta generan estrés tanto a las familias como a las profesionales. Y en la misma línea se demanda a las administraciones públicas iniciativas en favor de la vida independiente de las personas con TEA.
La tarea es ardua y no faltan las dificultades. No obstante, dentro este grupo se respira un entusiasmo patente que crece al sumar esfuerzos desde el colectivo. “Pronto descubre que avanzar en compañía te permite ir más lejos”, asegura Tomás Sancho. “Yo siempre digo que es mejor remar todos juntos y en las mima dirección para lograr cambios que nos llevarán a la inclusión”, subraya Cristina Paredero.