Roberto, persona tutelada por FUTUMAD: “El día que falte mi madre me gustaría seguir en mi casa”

Las Fundaciones Tutelares ayudan a las personas con discapacidad intelectual
a tomar sus propias decisiones
para que puedan tener una vida más independiente.

Rocío es una profesional de FUTUMAD
y Rober es una persona tutelada por esta entidad.

FUTUMAD apoya a Rober y a su madre
en la gestión del dinero, buscar trabajo, su salud, etc.

Rober dice que esta entidad le ayuda a hacer las cosas que se propone
y quiere que le sigan ayudando cuando falte su madre.

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El apoyo a la toma de decisiones de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, así como el fomento de la vida independiente son parte del porqué de las Fundaciones Tutelares adheridas a la Asociación Española de Fundaciones Tutelares (miembro de Plena inclusión). El Programa de apoyo a la vida independiente de la AEFT y las Fundaciones Tutelares se basa en la creación de apoyos ajustados a las necesidades de cada persona, para que, como se expone en las observaciones al artículo 19 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, estas puedan elegir y tener control sobre su vida y tomar todas las decisiones concernientes a la misma.

Para saber más sobre qué significa la vida independiente y cuáles son los apoyos que prestan las entidades para lograrla, hablamos con Rocío, profesional de la Fundación Tutelar de Madrid FUTUMAD y con Roberto, una persona que, junto con su madre Pilar, está apoyada por esta entidad.

Roberto, o Rober como prefiere que lo llamen y Rocío se conocen desde hace 10 años “Rober fue de las primeras personas con las que comencé a trabajar. Él y su madre necesitaban apoyos para seguir viviendo en su domicilio. Por eso, dos personas de FUTUMAD les visitábamos todas las semanas, para apoyarles con la autogestión económica, el seguimiento de la salud, la supervisión del servicio de ayuda a domicilio, la búsqueda de empleo en el caso de Rober, ocio, etc.,” nos explica Rocío, mientras que Rober acentúa que “al principio no quería estar tutelado, pero Tino -un antiguo patrono de la entidad, que conoció a través del colegio Estudio3- me convenció y me explicó que era bueno para mí. Ahora sí me gusta, porque me ayudan a hacer las cosas que yo me propongo.”

Poco a poco Rober y Rocío centran la conversación en la importancia de los apoyos de la entidad para que él y su madre sigan viviendo de forma independiente en el domicilio familiar. “En el colegio donde estudió, Tino, su psicólogo allí, detectó ciertas necesidades personales y conflictos en las relaciones familiares que hacían peligrar la unión, la convivencia  y la calidad de vida de todos los miembros. Se valoró necesario el apoyo de una fundación tutelar que le ayudase y con ello al núcleo de convivencia para mantener el deseo de seguir juntos en el mismo domicilio,” expone Rocío, y es que para él, vivir de forma independiente es una prioridad, ya que siempre vivió de esta forma, con su madre y con su abuela.

En este sentido “el día que falte mi madre me gustaría seguir en mi casa, pero para ello necesito que me sigan ayudando. Que siga viniendo Karina -auxiliar del servicio de ayuda a domicilio- para ayudarme a limpiar y a ordenar la casa. Me tendrán que seguir ayudando a manejar mi dinero y gestionar los pagos de la casa, también me gustaría poder llegar a tener una mujer a mi lado algún día. Además tendré que aprender a cocinar,” concluye Rober […]

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