La Neurociencia y la neurotecnología
son disciplinas científicas
que estudian el cerebro humano
y cómo se pueden alterar y aumentar
sus capacidades para tratar enfermedades
o mejorar la vida de las personas.
En la actualidad ya hay aplicaciones
que usan la tecnología para influir
en el cerebro humano.
En Plena inclusión nos preocupan
los efectos que estas aplicaciones
pueden tener sobre los derechos humanos
y la dignidad de las personas.
Por eso, hemos organizado
junto a la Fundación Étnor,
un seminario online.
Hemos contado con el experto mundial
Rafael Yuste. Él es profesor
de nerobiología en la Universidad
de Columbia, en Nueva York.
Rafael nos ha explicado
algunos avances de sus investigaciones
y algunas aplicaciones concretas
de la neurociencia en pacientes
con Párkinson, Epilepsia
y parálisis cerebral.
Rafael es optimista sobre el futuro.
Cree que estos avances son buenos
para la humanidad.
Que nos van a mejorar como especie.
Pero hay que desarrollarlos
con responsabilidad
y siendo respetuosos
con los Derechos Humanos.
Video de la sesión
Puedes ver el video completo
de la conversación con Rafael Yuste
pinchando aquí debajo:
Plena inclusión se suma al debate internacional sobre los neuroderechos
Este contenido NO está adaptado a Lectura Fácil
- En una conversación con el neurobiólogo e investigador de la Universidad de Columbia, Rafael Yuste, esta organización ha analizado los aspectos éticos y la implicación de los avances en neurociencia y neurotecnología en la dignidad de las personas y los Derechos Humanos.
- Esta reflexión compartida se enmarca en la Estrategia de Plena inclusión “Ganamos en comunidad”, uno de cuyos retos aborda las nuevas conceptualizaciones de la discapacidad y sus consecuencias sociales.
Madrid, 16 de febrero de 2024.- Plena inclusión, con la colaboración de Fundación Étnor, ha celebrado un seminario online en el que, desde Nueva York, el neurobiólogo e investigador de la Universidad de Columbia Rafael Yuste ha expuesto los actuales retos e implicaciones éticas de los avances en neurociencia y neurotecnología, y las implicaciones de estos avances en la ética, la dignidad de las personas y los derechos humanos.
En la bienvenida, el director de Plena inclusión, Enrique Galván, ha enmarcado esta conversación en el marco estratégico de Plena inclusión denominado “Ganamos en comunidad’. Uno de nuestros retos -ha destacado-, “es ser capaces de observar los avances en el ámbito de la ciencia y lo social vinculados a las nuevas conceptualizaciones de la discapacidad y reflexionar sobre qué es la discapacidad y qué impacto tiene en nuestras vidas. Sabemos que estamos en un entorno tremendamente cambiante que acelera sus transformaciones. En este entorno emergen aspectos como la modificación genética, el surgimiento de aplicaciones neurotecnológicas, etc. Y nos toca reflexionar sobre cómo esos cambios impactan en nuestras vidas, cómo nos enfrentamos a ellos y cómo podemos influir en los mismos”.
La responsable de Gestión de Proyectos de Fundación Étnor, Martha Rodríguez Coronel, ha sido la encargada de presentar a Rafael Yuste, profesor e investigador de Neurobiología de la Universidad de Columbia (Nueva York). Yuste preside la Fundación Neuroderechos, que se está encargando de ejercer influencia para que los Gobiernos y la sociedad reflexiones sobre las implicaciones de las aplicaciones de la neurociencia y la neurotecnología en las vidas y los derechos de los seres humanos. En la conversación, Yuste ha destacado que esta Fundación ha establecido 5 neuroderechos básicos, relacionados con la preservación de la identidad personal, la libertad en la toma de decisiones, la privacidad mental, el acceso equitativo a los avances en estos campos, y la protección contra los sesgos.
Durante su exposición, Yuste ha apuntado que “tenemos ya una tecnología que te puede manipular y alterar la esencia del ser humano, que es nuestro cerebro. Así que es algo que impacta directamente en los Derechos Humanos”. Tras ello, ha mostrado algunos ejemplos de cómo la neurotecnología se está aplicando ya con éxito en pacientes con parálisis cerebral, con párkinson, o con epilepsia, como la implantación de chips en el cerebro capaces de aliviar síntomas e interpretar emociones. Y ha señalado también otros usos relacionados con la aumentación cognitiva y mental de los seres humanos, que a buen seguro tendrá consecuencias directas y beneficiosas sobre personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, pero que ve normales dentro de la evolución humana, ya que en realidad “el ser humano lleva aumentando sus capacidades desde siempre, con el uso herramientas, con la ropa, el calzado, las gafas, etc. Yuste considera que estas tecnologías “sin duda van a mejorar la especie humana, pero hemos de desarrollarlas de una manera responsable encajando estos avances dentro de los derechos humanos mediante los neuroderechos”.
El investigador se ha mostrado optimista respecto al futuro de estas aplicaciones. Por un lado, porque se están realizando mayoritariamente en un ámbito médico, con todas las garantías éticas, y por otro, porque los Gobiernos se están mostrando sensibles al desarrollo de marcos protectores de los neuroderechos. Por ejemplo, su Fundación ha logrado que el Parlamento de Chile apruebe cambios en la Constitución de ese país para garantizar estos neuroderechos a su ciudadanía. También lo ha hecho el Estado de Colorado, en Estados Unidos, y Yuste ha anunciado que en pocas semanas visitará el Parlamento español para hablar sobre estos derechos a los diferentes grupos políticos en España, con el fin de concienciarles sobre la importancia de estos derechos.