¿Cómo pasan la Navidad
las personas con discapacidad intelectual?
Vamos a contar la historia Rosa María.
Ella tiene 62 años.
Vive en una residencia de Barcelona.
Dolors es su voluntaria desde hace 13 años.
Rosa María y Dolors hacen muchas actividades juntas:
pasean, celebran sus cumpleaños o planes culturales.
En la residencia, Rosa María colabora en la decoración
y participa en hacer los regalos de Navidad.
También va a talleres de música y baile.
El Día de Navidad es el 25 de diciembre.
Rosa María pasa ese día con la familia de Dolors.
Rosa María no tiene familia real.
Pero ella piensa
que su voluntaria Dolors
es su nueva familia.
La Navidad es un momento muy importante para las 2.
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La Navidad se asocia con la familia. Seguro que muchas personas no se imaginan vivir estos días lejos de la casa de algún familiar. Aunque lo ideal sería que cada persona pudiera vivir en la comunidad, en un piso o una casa como todo el mundo, y además es una cuestión de derechos, la realidad es que muchas personas con discapacidad intelectual pasan estos días en residencias.
Esta es la Navidad de Rosa María. Tiene 62 años y vive en una residencia en Barcelona. Dolors es su voluntaria tutelar desde el año 2006.
Durante estos 13 años, Rosa María y Dolors han compartido muchas salidas y actividades de ocio muy variadas: paseos, celebraciones de cumpleaños, partidos de futbol o visitas culturales, entre otras.
En los días previos a la Navidad, Rosa María decora la residencia con sus compañeros y compañeras y celebran un amigo invisible. También participa en los talleres de música y baile que organizan en la residencia.
El día de Navidad, 25 de diciembre, es un día especial y, como tal, lo celebra “en familia”.
Desde hace ya muchos años va a casa de Dolors, donde es un miembro más de la familia, y disfruta de la típica comida de Navidad. Para Rosa María, “es muy importante pasar la Navidad con mi voluntaria. Es mi familia”.
Dolors califica su vivencia como voluntaria de “muy especial, porque Rosa María está completamente integrada en la familia, y, para toda mi familia Rosi ha acabado siendo una más de nosotros”.
Sobre las Fundaciones Tutelares
Las Fundaciones Tutelares trabajan acompañando en su proyecto de vida a personas con discapacidad intelectual o del desarrollo que, al no contar con un entorno familiar estructurado que pueda darle esos apoyos, son apoyadas por estas entidades.
El voluntariado tutelar es una figura propia de las entidades miembro de la Asociación Española de Fundaciones Tutelares (AEFT). Se trata de un voluntariado de persona a persona cuyo objetivo es generar relaciones sociales de calidad y que, en ocasiones, como la de Rosa María y Dolors, acaba trascendiendo la relación de “voluntariado” llegando a ser una relación casi familiar.
El programa de Voluntariado Tutelar fue merecedor del Premio Estatal de Voluntariado Social en su modalidad colaborativa, que otorga el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en 2013, momento en el que la AEFT recibe el galardón, Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
La red de Voluntariado Tutelar actualmente está compuesta por más de 700 personas voluntarias.
La red de Fundaciones Tutelares de la AEFT apoya más de 3.000 personas (2.829 a través de la tutela, la curatela u otras figuras jurídicas y el resto a través de los servicios de pretutela).