Entrevista a la presidenta de Asperger España

Paloma Martínez Ruiz, presidenta de Asperger España
Paloma Martínez Ruiz, presidenta de Asperger España

Hoy viernes, 18 de febrero,
se celebra el Día Internacional
de las personas con Asperger.

Desde la Confederación Asperger España
se defiende que el síndrome de Asperger
es una discapacidad social,
ya que es en las relaciones en
sociedad es donde aparecen las
barreras que limitan su inclusión
y condicionan su autonomía.

Desde Plena inclusión hemos
querido celebrar esta día Internacional
entrevistando a la presidenta de
Aspeger España.

Paloma Martínez responde
a las preguntas que le planteamos
dejando clara la invisibilidad de este colectivo
y la falta de comprensión a los problemas
con los que deben enfrentarse a diario.

“Ampliar el término de discapacidad intelectual incorporando otros conceptos como el de discapacidad del desarrollo es un reconocimiento muy necesario de la pluralidad de factores que desencadenan la limitación del funcionamiento de una persona”

Paloma Martínez Ruiz, presidenta de Asperger España

Más abajo puedes leer la entrevista
completa que le hemos hecho.

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Entrevista a Paloma Martínez Ruiz, presidenta de la Confederación Asperger España.

«La nueva definición de discapacidades del desarrollo recoge la pluralidad de factores que limitan la capacidad de funcionamiento de una persona»

Paloma Martínez es la presidenta de la Confederación Asperger España, en representación de la Asociación Asperger Madrid. Esta confederación que agrupa a 26 entidades de todo el Estado celebra hoy, 18 de febrero, el Día Internacional de las Personas con Asperger, poniendo el acento en la falta de protección hacia las personas y familias que conforman este colectivo.

Todavía la atención a estas personas recae sobre todo en las familias. ¿Se sienten abandonadas por las administraciones públicas? En muchas ocasiones, sí. Las personas con Síndrome de Asperger tienen un nivel de inteligencia normal, pero también una forma de pensar muy rígida y grandes dificultades para comunicarse, por lo que les resulta muy difícil relacionarse con otras personas y comprender las reglas sociales. Por eso decimos que es una discapacidad social, porque ese es el contexto donde aparecen las barreras que condicionan su inclusión y su autonomía, y es donde se tienen que poner los apoyos. Las asociaciones, promovidas por las familias, no tenemos recursos para cubrir todas las necesidades que van surgiendo. No hay planes específicos por parte de las administraciones para generar programas en entornos inclusivos de los que puedan beneficiarse las personas con el Síndrome de Asperger.

A menudo denunciáis la invisibilidad y la falta de diagnóstico. Sí, lamentablemente sigue siendo prácticamente imposible conseguir un diagnóstico por parte del sistema sanitario, sobre todo en el caso de las personas adultas, y esto hace que les resulte imposible identificar el origen de sus dificultades y localizar recursos y apoyos adecuados. Ha avanzado más la detección, por parte del sistema educativo, pero frecuentemente se centra exclusivamente en el apoyo en el entorno escolar, y no ofrece a las familias una orientación adecuada sobre las expectativas y nivel de funcionamiento del estudiante, lo que limita sus posibilidades de desarrollo integral.

¿En qué aspectos pensáis que se necesitan más apoyos? Aunque se sabe mucho más acerca de cómo funcionan las personas con Asperger, aspectos tan limitantes como la dificultad de comprender a otros, entender el contexto de una situación o establecer relaciones sociales, por ejemplo, siguen sin ser recogidos en los baremos, y por ello es muy difícil acceder al certificado de discapacidad o el reconocimiento de dependencia, algo que limita las posibilidades de recibir apoyo en todos los ámbitos. Estos apoyos deben proporcionarse en todas las áreas, empezando por el apoyo en los centros educativos, y continuando con el acceso al ocio, la inserción laboral y, sobre todo, el acceso a la vivienda, que es un tema en el que ahora mismo estamos empezando y en el que todo está por hacer.

¿Cómo afecta la nueva definición de discapacidades del desarrollo al colectivo de las personas con Asperger? Nosotros llevamos mucho tiempo denunciando el sistema actual de clasificación de las discapacidades, que deja fuera muchas categorías diagnósticas, y que por tanto excluye y discrimina a muchas personas que no pueden recibir apoyos para desarrollar sus capacidades y conseguir la autonomía personal en igualdad de condiciones. Por ello insistimos en el término de discapacidad social, ya que es una característica nuclear de las personas con TEA y describe un aspecto básico del desarrollo que sigue sin ser tenido en cuenta. En este sentido, ampliar el término de discapacidad intelectual incorporando otros conceptos como el de discapacidad del desarrollo es un reconocimiento muy necesario de la pluralidad de factores que desencadenan la limitación del funcionamiento de una persona, y por ello puede ser muy positivo para nosotros si se traslada al ámbito legislativo.

¿Cuáles son las demandas que tenéis respecto a los apoyos en el empleo? En este terreno hay mucho por hacer. A pesar de la bajísima tasa de empleabilidad que presenta el colectivo: inferior al 15%; hasta hace un par de meses nuestras entidades no podían acceder a las subvenciones dedicadas a fomentar el empleo con apoyo, y sigue siendo muy complicado el acceso a la función pública, ya que como el Síndrome de Asperger está en un limbo legal. No es una discapacidad intelectual ni una enfermedad mental, por lo que no hay reserva de plazas específicas como sí tienen estos dos colectivos. Y tampoco se permite una adaptación de acceso a las pruebas y exámenes, algo que sí se realiza en el ámbito educativo y que permitiría evaluar de forma justa a cada persona en función de sus dificultades específicas.

Por otro lado, además del apoyo de las administraciones, en el ámbito de empleo se necesita potenciar un enfoque más inclusivo en las empresas para que sean capaces de apreciar el talento y las capacidades de las personas con Asperger y generar dinámicas y estructuras que favorezcan su incorporación en un entorno seguro y motivador.

En el tiempo que llevamos trabajando el área de empleo hemos conseguido resultados muy positivos con muy pocos recursos, ya que muchas veces es suficiente con una formación mínima acerca de las características y fortalezas de las personas con Síndrome de Asperger para superar el rechazo inicial al diferente, que en general es lo que está detrás del gran nivel de desempleo que padecen. Por ello, es crítico para nosotros poder poner en marcha planes de empleo con apoyo que pongan en contacto a las personas con Asperger con el mundo laboral y les aporte una oportunidad de avanzar en su autonomía e independencia.

 

 

 

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