A muchas personas no les gusta
la palabra discapacidad.
Yo les entiendo.
Discapacidad significa
que no tienes capacidad.
Sin embargo,
muchas personas con una discapacidad
tienen muchas otras capacidades.
Quizá a Luisa le cuesta orientarse.
Se pierde mucho en las calles.
Pero se le dan fenomenal las matemáticas.
Además, a veces usamos la palabra
de tal manera
que reducimos a la persona
solo a su discapacidad.
Por ejemplo: Luisa no es solo
«una discapacitada».
Ella es mucho más:
Luisa es pintora,
trabaja en un museo,
es madre y tiene discapacidad.
Por estas razones y otras,
muchas personas prefieren
el término diversidad.
También usan diversidad funcional.
Es un término más positivo.
Y, además, es verdad:
todas las personas somos diversas.
Todas las personas tenemos
dificultades, necesidades y talentos.
Pero hay un problema
con este término:
no es muy concreto.
A muchas personas
no les gustan las etiquetas.
Llaman etiquetas a palabras
como «lesbiana», «inmigrante»
o «persona con discapacidad».
Pero yo les contesto:
a menudo necesitamos las etiquetas.
En un mundo ideal,
no las necesitaríamos.
Pero mientras haya personas
que necesitan apoyo
o que sufren injusticias,
vamos a necesitar etiquetas.
Si no, ¿cómo nombras a las personas
a las que quieres dar ayudas?
Por ejemplo: ¿qué título le ponemos
a las ayudas para las personas
con discapacidad intelectual?
Hay quienes usan palabras como
diversidad funcional intelectual.
¡Son difíciles!
Y, al final, acabas conviertiendo
una palabra positiva y amplia
en una palabra que distingue también.
Recordad que existe
la discriminación negativa,
pero también la positiva.
Las etiquetas son necesarias
para nombrar a las personas
que necesitan apoyo.
Además de que las etiquetas
son todavía necesarias y son claras,
también tienen otra cosa
que a mí me gusta.
Las etiquetas a menudo
pueden ser liberadoras.
Yo soy lesbiana.
Durante muchos siglos,
decir esto podía ser un riesgo.
Podían matarte.
Hoy en día aún pueden pegarte o matarte.
Fijaos en el caso de Samuel,
el chico al que han asesinado en Galicia
gritándole «¡maricón!».
Las etiquetas se pueden usar
para insultar.
De hecho, palabras
como lesbiana o maricón
al principio tenían un significado
muy negativo.
Pero, poco a poco,
miles de personas las usan
de otra manera
y le dan un significado
mucho más bonito y liberador.
Así que ahora,
muchas personas usamos
esas etiquetas para expresarnos
de forma más libre.
Para decir lo que somos
y quiénes somos.
Para que la gente nos conozca,
seamos visibles
y nos entiendan más.
Como dice la canción
del musical «La jaula de las locas»:
Yo soy lo que soy.
Mi mundo es donde pido
que se me respete.
Vivo cómo ser feliz
sin esconderme.
La palabra diversidad es preciosa.
Dice una verdad:
las personas somos diferentes.
Pero tiene un riesgo:
esconder en ella a personas
que necesitan más apoyo que otras.
Quizá debemos usar ambas palabras:
diversidad y discapacidad.
¡Quién sabe!
Propongo pensar en cambiar las palabras
o en darle otro sentido
a las palabras que ya usamos.
Pero, sobre todo,
propongo no meternos en armarios
y sentir orgullo.
Vídeo de la canción de «La jaula de las locas»
Enlace: ver vídeo en Youtube.
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Olga Berrios
Responsable de accesibilidad
No puedo estar más de acuerdo con tu exposición. Seamos valientes, no más armario o geto y defendamos lo positivo de las palabras
Muchas gracias Victorio por tu aportación.
excelente
Gracias Olga por tu aporte, creo que es una invitación a ir más allá de la etiqueta y es dignificar a la persona por el hecho de SER humana y respetarla como quiera que sea, que decida ser o que la vida misma le defina ser por situaciones ajenas a su voluntad. Todos somos diversos y la palabra que usaría sería tener una «condición de discapacidad».
Gracias por tu aportación.
Como bien lo han manifestado, en «UN MUNDO IDEAL» no sería necesario las «ETIQUETAS» pero, mientras tanto, sigamos enseñando que tener síndrome de down no es una enfermedad y que aquellos que lo tienen, merecen el mismo respeto que aquellos «Seudo normales».
Saludos afectuosos desde TUMBES – PERÚ ???
Aprovecho y comparto un poema, el que dediqué a mi sobrina Angela Luisana Saldarriaga Vera; nuestro mayor tesoro.
¿Por qué?
Dicen que un cromosoma
es capaz de determinar,
los rasgos de una persona
y hasta su forma de caminar.
Se afirma que el veintiuno
responsable puede ser,
no saben que es la excusa
que Dios suele tener,
cuando desconcertados,
preguntamos ¿Por qué?
Temor, dudas, frustración personal
sobre protección, repulsión social.
Respira… Dios fuerza te va a dar.
Luego un día despiertas
y sientes que algo cambió,
lo que oyes, lo que vez no te afecta;
Dios un bello ángel te envió.
Alex Mitchael Saldarriaga Alvarez
«El Poeta del Manglar» ?
Tumbes – Perú ??
recordar que discapacidad no significa no tener capacidad, para eso existe una palabra y es incapacidad…
Buen apunte, Sofía.
Me encanta la propuesta,
estoy de acuerdo al análisis
Gracias por tu comentario.