Cuando es triste tener que preguntar

Es muy importante que las personas
con discapacidad intelectual o del desarrollo participen.
Que den su opinión.

Una de las cosas que les preguntamos es:
¿Qué libros queréis que adaptemos a lectura fácil?

Lo tenemos que preguntar
porque no tenemos casi dinero
para adaptar todo lo que nos gustaría.

Mientras, las personas que no necesitan la lectura fácil
tienen acceso a tantos libros
que no hace falta preguntarles esto.

Es una injusticia que haya
tan pocos libros en lectura fácil.

Versión en lectura difícil

Este contenido está en lectura difícil Este contenido NO está adaptado a Lectura Fácil

Plena inclusión eligió 2020 como el año de El Poder de las Personas. Aunque luego un virus nos ha cambiado lo importante por lo urgente, la meta continúa ahí: visibilizar y promover aún más la participación de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y sus familias en la sociedad.

Pero, paradójicamente, hay veces que es triste tener que preguntar, pedir la participación. Os cuento un caso. El otro día en el evento del Día del Libro le puse palabras y fue así aún más evidente para mí algo que es que es injusto.

Debido a la escasez de recursos para adaptar a lectura fácil títulos literarios, en Plena inclusión optamos por consultar qué quieren que adaptemos a las propias personas con discapacidad intelectual, trastorno del espectro autista o parálisis cerebral.

Además de su opinión, debemos tener en cuenta otros factores. Por ejemplo, los que hacen compleja la adaptación: una extensión de la obra mayor a 200 páginas o que tenga demasiados personajes, escenarios o saltos en el tiempo, entre otros. También requisitos de las ayudas. El Ministerio de Cultura indica que deben ser obras de las letras españolas. Es decir, con esa ayuda, no podemos adaptar "El Hobbit" o "Crónica de una muerte anunciada".

Por supuesto, también debemos contar con el permiso de la autora o el autor, o su descendencia. A no ser que muriera hace más de unos 70 u 80 años, depende del caso.

Son muchos factores, pero si tuviera que quedarme con dos fundamentales que debemos tener en cuenta es la importancia y el interés. Si respondemos al primero, los documentos importantes a adaptar son las leyes o de derechos, entre otros. Pero quizá no son la lectura que más disfruta cualquier persona. Por eso, si respondemos al interés, deberíamos adaptar a lectura fácil desde novelas a cómics y, en general, lo que nos señalen y lean las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo.

Pero, volviendo a la idea inicial, si lo piensas, es triste tener que preguntar. Las personas que no necesitamos la lectura fácil contamos con tantos libros a disposición en bibliotecas, librerías e internet que nadie nos suele preguntar qué queremos. Simplemente, escogemos en la abundancia.

Mientras, las personas con dificultades de comprensión votan en el desierto que provoca la falta de accesibilidad.

 

olga berrios

Olga Berrios

Responsable de Accesibilidad Cognitiva de Plena inclusión España

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