El sistema sexo-género es una construcción social
en la que solo hay 2 géneros: masculino y femenino.
Una construcción social es
una idea que la sociedad ha inventado
y no está en la naturaleza.
Cuando los bebés están
en el vientre de su madre
los clasificamos en niñas o niños
al ver sus genitales en una ecografía.
Esto significa que la sociedad
clasifica a las personas
por su sexo biológico, antes de nacer.
La clasificación de niño o niña
influye en la educación
y en cómo le tratarán a lo largo de su vida.
Esto quiere decir que
según seamos hombres o mujeres
la sociedad espera que seamos,
nos expresemos y nos comportemos
de una forma concreta.
Además, la sociedad nos enseña
una serie de normas y valores
distintos a las niñas y a los niños.
Por ejemplo, si eres un niño,
tienes que ser fuerte y no puedes llorar.
Si eres una niña,
tienes que ser delicada y sensible.
Según esta construcción social
las personas solo podemos tener
1 de los 2 géneros,
masculino o femenino.
Sin embargo, sabemos que cada persona
tiene una forma distinta de ser,
de expresarse y de comportarse
sin importar si es hombre o mujer.