Es una forma de expresarse
que no discrimina a las personas por su sexo,
sobre todo, a las mujeres.
Lee este ejemplo de lenguaje sexista:
Los españoles somos
los que más órganos donamos.
Con esta frase, podrías preguntarte:
¿Las españolas no donan órganos?
Ejemplo de lenguaje no sexista:
España es el país que más órganos dona.