Decimos que una persona
con discapacidad intelectual y del desarrollo
tiene un apoyo personalizado,
cuando esa persona ha mostrado
a su persona o personas de apoyo
sus gustos, sus preferencias y sus intereses.
De esta manera,
el apoyo se adapta a cada persona
y no al revés.
Esto significa que hay que esforzarse
para escuchar a la persona.
Y si no puede expresarse,
indagar en su entorno cercano
y su familia,
cuáles son sus gustos.
Por ejemplo:
Cuando apoyamos a una persona
a la hora de vestirse
podemos respetar sus gustos
o podemos decidir por ellas.
El apoyo personalizado
consiste en respetar sus gustos
y orientar a la persona
para que decida ella misma
cómo vestirse para cada ocasión.
Los apoyos personalizados
son una de las 3 cosas
a la que no podemos renunciar
si queremos transformar
los centros y servicios de Plena inclusión.
Si quieres saber más, puedes acceder
a la web de Transformación
de Plena inclusión.